Miles de devotos y visitantes se congregaron en la Puna para vivir una nueva edición del histórico ritual, donde la vincha fue la ofrenda principal a la Virgen de la Asunción en un acto de valentía y devoción que se mantiene vivo.
La comunidad de Casabindo, en la Puna jujeña, volvió a ser el epicentro de una de las celebraciones más emblemáticas y conmovedoras de la provincia. El pasado 15 de agosto, miles de personas se dieron cita para honrar a la Virgen de la Asunción con la Fiesta Patronal y el tradicional Toreo de la Vincha, un ritual que, lejos de ser un espectáculo de violencia, se reafirmó como una profunda expresión de fe e identidad.
La jornada comenzó temprano con la misa solemne y una procesión que llenó de fervor las calles del pueblo. En la plaza central, frente a la histórica iglesia, la atmósfera de devoción era palpable. El Toreo de la Vincha, declarado Patrimonio Cultural de la Provincia de Jujuy, fue el clímax de la celebración. Este ritual único en su tipo se desarrolló con la participación de valientes “toreros de la vincha” que, sin lastimar al animal, se acercaron con coraje y habilidad para arrebatar la vincha que llevaba en los cuernos.
La vincha, adornada con monedas de plata y billetes, es el trofeo más preciado de la jornada. Su obtención no tiene un fin de exhibición, sino que simboliza la ofrenda que se le hace a la Virgen. El ritual es un acto de valentía y devoción, donde el torero que logra la vincha se dirige a la iglesia para colocarla a los pies de la Virgen de la Asunción, cumpliendo así una promesa o agradeciendo un favor concedido. La comunidad, en un profundo respeto por la tradición, presenció cada momento, reafirmando su compromiso con esta práctica ancestral.
La edición de este año contó con el apoyo de funcionarios del Ministerio de Cultura y Turismo de Jujuy, quienes destacaron el valor cultural y la vigencia de esta fiesta popular. Subrayaron que la celebración es mucho más que un evento religioso o turístico: es el corazón de la identidad del pueblo puneño. El Toreo de la Vincha, que se transmite de generación en generación, demuestra que es posible mantener vivas las tradiciones con un profundo respeto por los valores de la comunidad y el bienestar de los animales.
Los miles de asistentes, entre locales y visitantes de todo el país, se llevaron consigo una experiencia inolvidable. El evento no solo ofreció un vistazo a una de las costumbres más singulares de Argentina, sino que también permitió a los presentes sumergirse en una atmósfera de profunda fe, coraje y un respeto inquebrantable por la historia. La jornada culminó con la certeza de que el Toreo de la Vincha es una joya cultural que Casabindo mantiene viva año tras año.